Una de las tantas veces que fui con mi familia a visitar la casa de mi abuelo, durante una navidad lo recuerdo como si fuera hoy la noche caía y caminábamos por el pueblo no recuerdo como fue el asunto pero mi madre le ofreció un ponche completo para mi hermano.
El caso fue que el insistió tanto que mi madre termino accediendo. Le compro el ponche y el lo abrazaba como si fuera un oso de peluche.
En casa de mi abuelo comenzó la fiesta y estaban ahí mis primas, unas tías, mi abuelo y su esposa y un primo de nosotros que había venido también de la capital para estar con nuestro abuelo. Durante esas vacaciones de navidad mi primo y yo habíamos atrapado unos pececitos en un riachuelo que había cerca de la casa de mi abuelo.
Durante la fiesta estábamos comiendo y bailando, mi hermano se puso en una esquina y comenzó a beberse el ponche para el solo, cuando termino de beberse la botella, se encontraba tan borracho que comenzó a bailar con una silla y todos nos reíamos de sus payasadas, nunca en mi vida había visto a mi hermano tan borracho, es caso es que como a eso de las 10:30 de la noche con la fiesta en su bueno fue tanto lo que jodio y brinco el borracho de mi hermano comenzó a vomitar, por suerte fue ágil y vomito en el patio. Eso si que fue divertido.
A la mañana siguiente mi primo y yo nos levantamos temprano a ver los pececitos que habíamos atrapado, peces donde lo único que encontramos fue el frasco donde teníamos los peces lleno de vómitos, no se que puntería fue la que tuvo mí hermano ya que no había luz pero aun así logro llenar el frasco de vomito y sobre alimento a los pobres pececitos.
