jueves, 2 de agosto de 2007

Papi, Papi!!!!

La sobrina de una amiga de mi tía contó que un día cuando iba para su trabajo pasó a ver a su papa que estaba reposando la comida a casa de su abuela. Como es una de esas casas de la ciudad colonial donde los pasillos son muy largos, las habitaciones estan ubicadas al final.

La muchacha iba con su hijo. Cuando llega a la casa abre con sus llaves, y un ladrón que estaba adentro de la casa al oir el movimiento de la puerta se esconde. La muchacha siguió hasta la habitación del papá y se queda un rato hablando con el. Cuando se dirigía de nuevo hacia la puerta, decidió detenerse para hacer una llamada, y al hechar un vistazo se encontró frente a frente con la cara del ladrón, y sorprendida empezo a gritar:

Muchacha: papi, papi, un ladrón!!!

Ladrón: callate, callate que aqui no hay nadie.

Muchacha: papi, papi, un ladrón.

Ladrón: que te calles que aquí no hay nadie.

El ladrón estaba tan confiado de que la casa estaba vacía que no le puso mucho caso, y en eso salió el papa de la muchacha y pudo agarrar al ladrón. El papa salió de la casa con el ladrón al hombro y llamó un policía. El ladrón muy asustado sacó 80 pesos que tenía en el bolsillo y poniédo cara de inocente le dice al policía que lo mandaron a llevar el dinero a la casa, y que el no era ningún ladrón; y para confirmar que era cierto lo que el decía, dijo que le preguntaran a un venderdor de libro que estaba en la calle, que el era de ese sector y que el lo conocía.

El vendedor turbado y un poco asustado,

Vendedor: le dijo que el creía que lo había visto.

Policía: ¿lo conoces o no lo conoces?

Vendedor: sí, yo lo había visto por aquí, su cara me es conocida.

Al policía no le costó mas que dejarlo libre, cosa que enfadó mucho al papa de la muchacha, quién replicaba al vendedor de libros: porqué usted dice qeu lo conoce si no es cierto.

Vendedor: es que me parece conocido pero no estoy seguro.

El policía con cara de enojo.

Policía: eso no fué lo que usted me contesto cuando le hice la pregunta de si lo conocia. Porqué si usted no estaba seguro de conocerle lo encubrió.

El papa de la muchacha quizo volarle arriba al vendedor de libros, pero las personas que estaban alrededor no permitieron que este lo agrediera, ya que por su culpa el ladrón seguro en estos momentos esta muerto de risa por haber burlado a la policía y al papa de la muchacha.

Estas situaciones pasan muy a menudo en todas partes, donde los ladrones se salen por las suyas debido a que las personas se asustan y a veces se hacen de la vista gorda por temor de que una vez el ladrón salga libre vaya a agredirlo.

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